EL RELOJ DE SOL DE TOLOSA Y LOS DOS CRISTOS
Centro Administrativo Gubernamental de la Provincia de Buenos Aires
El Centro Administrativo Gubernamental de la Provincia de Buenos Aires es un conjunto de edificios de gobierno que se encuentran en la Plaza Moreno de la ciudad de La Plata, capital de la Provincia de Buenos Aires. Está conformado por la Torre I “Dr. Alejandro Korn” y la Torre II “Ing. Luis Monteverde”, construcciones gemelas y simétricas que flanquean el Palacio Municipal.
A fines de la década de 1960, la
burocracia del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires había crecido de tal
manera que los edificios oficiales no alcanzaban a dar espacio para todas las
oficinas. Por ejemplo, el Ministerio de Asuntos Agrarios ocupaba alrededor de
40 propiedades diseminadas a lo largo y ancho de la ciudad de La Plata. En ese
momento, Argentina era gobernada por una dictadura militar que lanzó un amplio
plan de obras públicas de gran escala.
En 1970, a través del Ministerio
de Obras Públicas de la Provincia de Buenos Aires comenzó a estudiar la
construcción de un centro que concentrara el espacio disperso de varios
ministerios y secretarías. La falta de espacios libres en el área central de la
ciudad y el deseo de no emplazar edificios oficiales en sectores eminentemente
residenciales, así como la necesidad de contar con excelentes comunicaciones
diarias y abiertas que jerarquizaran a la obra y posibilitaran soluciones para
el estacionamiento y movimiento peatonal, hizo que se optara finalmente por la
decisión de seleccionar dos predios iguales y simétricos con respecto al
edificio de la Municipalidad, que se encuentran ubicados frente a la plaza
Moreno, enfrentando la Catedral de la ciudad.
En el mes de enero de 1971 se
realizó un concurso nacional de anteproyectos con el patrocinio de la
Federación Argentina de Arquitectos, a fin de seleccionar el anteproyecto para
la realización de esta obra, que fue adjudicada el 19 de mayo de 1971 al equipo
de arquitectos compuesto por Juan Manuel Llauró, José Antonio Urgell, Antonio
Antonini, Gerardo Schon y Eduardo Zemborain. También participaron, como
asociados, los jóvenes arquitectos Jorge Moscato, Rolando Schere y Enrique
Fazio. El conjunto quedaría integrado por los siguientes organismos: Gobernación
y distintas dependencias, Ministerio de Gobierno, Ministerio de Asuntos
Agrarios y sus distintas secretarías, Fiscalía de Estado en su totalidad,
Honorable Tribunal de Cuentas en su totalidad, Ministerio de Hacienda y
Dirección de Turismo.
La obra comenzó en los años
siguientes, a pesar de la inestabilidad política y alternancia de democracia y
dictadura. En 1981, en una nueva dictadura militar, apenas se habían terminado
las estructuras de hormigón armado. En imágenes del Centenario de la Ciudad
(1982) se puede ver el estado avanzado de la obra, aunque una de las torres aún
estaba inconclusa. El conjunto fue terminado recién hacia 1987, ya de vuelta
en democracia.
Arquitectura
El diseño de cada edificio se
desarrolló sobre la base de la articulación de tres volúmenes principales: la
torre de oficinas en sí, el núcleo principal (ascensores y escaleras) y el de
servicio o de funcionarios. Según los arquitectos, este criterio de diseño
permite una fácil lectura de las partes constitutivas. Las fachadas de las
áreas funcionales están cubiertas con un miniparasol fijo de aluminio pintado,
con pequeñas interrupciones coincidentes con las alturas óptimas para visuales
extensas. Los paramentos de los núcleos son de hormigón visto tratado con
encofrados metálicos lisos y algunas zonas texturadas en lugares donde el
hormigón no cumple función estructural.
Los planos de ambos edificios son prácticamente idénticos. En los tres subsuelos funcionan las cocheras, el archivo, depósitos y talleres de mantenimiento. La planta baja es libre y abierta, y se accede a ella por escalinatas que recuerdan a las del Edificio Anexo de la Cámara de Diputados de la Nación en CABA, aunque de menor tamaño.
Mientras el público general entra por un amplio hall que conduce a una sala con ocho ascensores, los funcionarios tienen una entrada restringida con su propia dupla de ascensores, por el volumen de hormigón armado que se encuentra pegado al edificio principal. Desde el basamento se despega la torre de oficinas y los dos núcleos de hormigón a la vista que llevan los ascensores para público general y restringido para funcionarios, por separado.
Son dieciséis plantas similares, que incluyen el comedor de empleados, la vivienda del casero y terrazas. En la azotea, la Torre II cuenta con un helipuerto que no está en uso.
Barrio Meridiano V
Los nombres de los barrios
Las localidades y barrios de nuestra ciudad nacieron en su mayoría a partir de las estaciones del denominado anillo ferroviario que conectaba a la ciudad con toda la provincia y el país. La mayoría de los pueblos periféricos al casco urbano de la ciudad fueron bautizados en homenaje a personas destacadas de su tiempo. Aquí vas a encontrar un repaso, para recordar, a quiénes se les deben cada uno de los nombres de la geografía de La Plata. Arturo Seguí En febrero de 1888, el Banco Mercantil de La Plata se hallaba gestionando el trazado de Villa Elisa, cerca del paraje conocido como "empalme Pereyra". Al mismo tiempo, la sociedad Terrile y Morales encomendó al agrimensor Luis Monteverde fraccionar parte de las tierras que había adquirido en la zona; el nombre elegido para la iniciativa fue entonces "Villa Nueva Elisa". La crisis financiera de 1890 derrumbó el proyecto, y en 1904 el Banco Hipotecario de la Provincia -en nombre de sus deudores Terrile y Gauna-, vendió a Arturo Seguí y Francisco Bertoletti setenta y dos manzanas de terreno en "Villa Nueva Elisa". La llegada del ramal ferroviario entre La Plata y Avellaneda, en 1926, trajo consigo la apertura de la parada "Los Eucaliptus"; poco después, se cambió ese nombre por el del propietario de las tierras en las que se asentó la estación. José Hernández En octubre de 1886, Teodoro Serantes compró al fisco bonaerense trece hectáreas en la chacra Nº2 de la Sección "D" del ejido de La Plata -que antes de ser expropiadas para la fundación de la nueva capital habían pertenecido a Jorge Bell-. De la subdivisión de esas tierras nació la Villa Serantes, por donde pasó el ramal ferroviario que conectaba las Lomas de Tolosa -luego Ringuelet- y Ferrari -hoy Brandsen, por donde pasaba el Ferrocarril del Sud hacia Mar del Plata-. En julio de 1888, el crecimiento de Villa Serantes se "ganó" una estación sobre ese ramal; fue bautizada José Hernández en homenaje al autor del Martín Fierro, muerto en octubre de 1886. Con el tiempo, el nombre de la estación absorbió el originario. Manuel B. Gonnet Una compleja trama de compras y ventas de lotes en las chacras 22 y 23 del trazado fundacional platense, de la que participaron Luis Poncet, José Joaquín Ibarbia, Julio Guillerat, Juan Bautista Vattuene, Nicodemo Baralto, Ramón Paz y Manuel García Durán, precede al nacimiento de Gonnet. En febrero de 1889, ante la inminente creación de la estación Adolfo Alsina en el flamante ramal entre La Plata y empalme Pereyra -hoy Villa Elisa-, los propietarios de terrenos se asociaron para promover la creación de un pueblo. Y anunciaron el nacimiento de la Villa Máximo Paz. Fue recién en 1931 que la estación Alsina pasó a llamarse Manuel Bernardo Gonnet, como homenaje al jurista fallecido en 1927, quien había sido legislador y ministro de Obras Públicas de la Provincia -el primero desde la fundación platense- de los gobernadores Carlos D'Amico y Máximo Paz. El tiempo, una vez más, hizo prevalecer el nombre de la estación. Joaquín Gorina Percival Bell, nieto y heredero de Jorge Bell, resolvió a mediados de la década del '10 subdividir los terrenos remanentes de la antigua Estancia Grande de su familia; en 1914 se loteó lo que en la actualidad es City Bell, y dos años después Joaquín Gorina compró buena parte de los lotes disponibles el oeste del incipiente casco urbano platense, cerca del "arroyo de Rodríguez". En 1923 se resolvió la construcción de un ramal del ferrocarril Provincial enlazando las estaciones La Plata -17 y 71- y Avellaneda; su trazado afectó tierras de la zona, y Joaquín Gorina fue el primero en ceder las suyas para el avance de la empresa. Por eso se dio su nombre a la estación, inaugurada en el mismo 1923. Villa Castells Su nacimiento está ligado al de la Villa Máximo Paz y su estación Adolfo Alsina -luego Gonnet-. Cuando los primeros pobladores, dueños de casas de fin de semana, conformaron un núcleo en crecimiento, Luis Castells -propietario de tierras que habían pertenecido a la Estancia Grande de Jorge Bell- concibió la idea de formar un nuevo poblado "del otro lado" de la parada ferroviaria; esto es, a la derecha del camino Parque Centenario, yendo desde La Plata hacia Buenos Aires. En 1909, Castells encargó la subdivisión de parte de sus tierras al agrimensor Félix Lenzi, quien fraccionó 169 manzanas en cuatro lotes de 50 metros por 50 cada uno. Según los más recientes estudios del departamento de Investigación Histórica y Cartográfica de la direccíon de Geodesia del ministerio de Obras y Servicios Públicos de la Provincia, este loteo sería el que dio origen a la localidad. Lisandro Olmos La localidad se gestó en torno a una de las estaciones del ramal ferroviario entre La Plata y Mira Pampa, en tierras de Los Miradores, la "estanzuela" del coronel Lisandro Olmos. Estos terrenos habían pertenecido a la estancia de Ponce de León, a quien le fueron expropiados cuando se proyectó la fundacion de La Plata. Lisandro Olmos, un militar y político catamarqueño nacido en 1840, combatiente en Cepeda y Pavón por la Confederación, fundador del partido de la Unión Nacional y amigo de Dardo Rocha -fue inspector de las adjudicaciones de tierras de La Plata-, adquirió entonces -en parte al fisco y en parte a particulares- 327 hectáreas al sudoeste del casco urbano, bautizándolas Los Miradores. En septiembre de 1911, se resolvió designar a la estación del kilómetro 20 entre La Plata y el Meridiano V con el nombre de quien habia donado las tierras para su construcción. Melchor Romero También nacida en tierras fiscales, expropiadas para la fundación de La Plata -en la sección A del ejido-, la localidad de Melchor Romero tuvo un origen "espontáneo" dentro de las numerosas chacras que se habían establecido en el lugar, y subdivisiones que se dieron frente a la antigua granja de Anselmo González. Cuando se tendió el ramal ferroviario entre Las Lomas de Tolosa y Ferrari, se resolvió instalar una estación en el lugar -en donde además estaba proyectado el hospital general que se libró al servicio público en 1884, y desde 1973 se llama "Alejandro Korn"-. El 10 de mayo de 1883 se designó con el nombre de Melchor Romero y Gómez a las estaciones a construirse. José Melchor Romero fue un agrimensor, político y escritor nacido en 1830, amigo y compañero de armas de Dardo Rocha en la guerra del Paraguay (1865). Fue diputado en la legislatura bonaerense, y se disponía a asumir como diputado nacional cuando murió víctima de la epidemia de cólera de 1868. Angel Etcheverry El ingeniero Angel Etcheverry fue ministro de Obras Públicas bonaerense durante dos períodos: la primera gobernación de Marcelino Ugarte (1902-1906); y la gobernación de Ignacio de Irigoyen (1906-1910). Tuvo entonces una activa participación en el trazado de la línea troncal del ferrocarril La Plata-Meridiano V. Cuando en abril de 1910 se resolvió instalar una estación 15 kilómetros al sudoeste de La Plata, en las inmediaciones del paraje Esquina Negra -donde funcionaba desde 1886 una posta y feria de hacienda- se honró al funcionario y legislador con su nombre. Avenida Cantilo El último día de enero de 1925 tuvo lugar la inauguración oficial de City Bell, el pueblo impulsado por la sociedad anónima del mismo nombre, cuyo directorio presidía -tras la muerte de José Guerrico- Adolfo Labougle. A la estación de la localidad llegaron en trenes especiales numerosos funcionarios municipales y provinciales, entre ellos el gobernador José Luis Cantilo. En ese momento la calle principal de la incipiente urbanización era conocida como 14; la iniciativa popular quiso entonces bautizarla como el visitante, quien auguró que "City Bell será la villa más importante y de mayor belleza de las ubicadas en las inmediaciones de la capital bonaerense", y gestionó la pavimentación del acceso. Amigo personal de Hipólito Yrigoyen, Cantilo participó en las revoluciones radicales de 1893 y 1905. Durante su extensa vida pública, fue diputado provincial; interventor de la Provincia (1917-18); intendente de la capital federal (1919-21 y 1928-30); gobernador electo (1922-1926); diplomático y diputado nacional. Creó colonias penales con el objetivo de mejorar la condición de los reclusos; dispuso la enseñanza profesional e industrial en las escuelas primarias; creó escuelas rurales para mujeres; impulsó el Departamento Nacional del Trabajo; creó museos, hospitales, colegios e instituciones como el Jockey Club, el Aero Club Argentino y el Club Argentino de Comercio. Villa Elisa Luis Castells, multimillonario hacendado de origen español, banquero y promotor de numerosos emprendimientos inmobiliarios, estaba casado con Elisa Uriburu, la hija del salteño Francisco Uriburu Patrón, poderoso político conservador, ministro y senador nacional. En 1888, colocó la piedra fundacional de un pueblo en las inmediaciones del empalme Pereyra, al donar la primera institución -inusualmente para la época, una escuela gratuita y mixta-; en honor a su esposa, bautizó al emprendimiento Villa Elisa. Castells, que también construyó el palacio ensenadense que se conoce con el nombre de Piria -ya que era propietario de tierras que se extendían desde el empalme Pereyra hasta el Río de La Plata- se suicidó en febrero de 1897, deprimido por el fallecimiento prematuro de su hija Elisa, y por los numerosos problemas económicos que soportó después de la gran crisis de 1890. City Bell "Como homenaje a la familia Bell, cuyo trabajo e inteligencia han contribuido en tres generaciones sucesivas a la prosperidad de las industrias madres de nuestro país, propongo se designe al nuevo pueblo con el nombre de City Bell". Así justificó José Guerrico, presidente de la Sociedad Anónima City Bell, el bautismo de la villa que la entidad comercial proyectaba en 300 hectáreas de la antigua Estancia Grande adquiridas en 1913 a la sucesión de don Jorge Bell. El Ejecutivo provincial, por resolución del 10 de mayo de 1914, aprobó el emprendimiento. Ese mismo año, se habilitó la estación ferroviarias. El apellido Bell llegó a la Argentina desde Aberdeen, Escocia, a inicios del siglo XIX; segun relatara Lorna Bell, nieta de Jorge, "mi bisabuelo fue el primero de la familia en radicarse; estableció una fundición de hierro en donde se fabricaban máquinas agrícolas y herramientas de trabajo -arados, rastras, palas, rastrillos-; como le vendió al gobierno, y no le pagaban, fue que alrededor de 1820 le ofrecieron cancelar la deuda con tierras. Una de las estancias que le dieron fue la estancia de los jesuitas. Esa fue la Estancia Grande de mi abuelo". Villa Elvira Las tierras que hoy ocupa Villa Elvira formaban parte de lo que Juan de Garay bautizó como "Isla de los Guaraníes". Cuando se fundó La Plata, las expectativas de un rápido crecimiento económico de la región sedujeron a numerosos empresarios, dispuestos a entrar en el juego de la especulación financiera e inmobiliaria. Entre ellos, Juan Elías Chilotegui, un médico entrerriano, hijo de franceses, que en 1888 compró ocho hectáreas en los alrededores de La Plata -Hernández-. Chilotegui estaba casado desde 1885 con Elvira Sotés, hija de españoles y residente en Chascomús; a la muerte de Chilotegui, en 1905, Elvira Sotés y su hija Adelia Chilotegui de Hardoy se convirtieron en herederas, y el destino quiso siguieran ligadas a la compra y venta de tierras; Sotés contrajo matrimonio en 1908 con Samuel Ponsati, y juntos iniciaron la adquisición de lotes ofrecidos por el Banco de la Nación Argentina sobre terrenos de 72 a 80 y de 7 a 122. Como homenaje a su flamante esposa, Ponsati bautizó Villa Elvira a la quinta que erigieron en las actuales 120 y 76, en derredor de la que nació el pueblo. Villa Garibaldi Entre mediados de los siglos XVII y XIX, las tierras que hoy se conocen como Villa Garibaldi y Parque Sicardi pertenecieron a varios estancieros -entre los que se cree estuvo Juan Manuel de Rosas-. Para cuando se fundó La Plata, los propietarios eran Eugenio Sicardi y Juan González Morén. A ellos se unió Emilio Morales Gauna, promotor, martillero, empresario e industrial, que impulsó el diseño de un ejido urbano con miras al gran remate de las tierras. Este tuvo lugar el 15 de abril de 1888, y acudieron a la cita más de 3 mil personas, en su mayoría de origen italiano, de la región de Liguria. Se vendieron más de 40 manzanas de tierras, en un clima eufórico y festivo; pero la crisis económica de 1890 hizo que la mayoría de los inversores abandonaran sus propiedades y dejaran de pagarlas. Emilio Morales Gauna fue quien bautizó al proyecto como Villa Garibaldi, en honor al aventurero y patriota republicano Giuseppe Garibaldi (1807-1882), revolucionario en Sudamérica y artífice de la unidad italiana. Ringuelet Tal como ocurrió en el caso de Hernández, al fundarse la ciudad de La Plata, parte de las tierras de la Estancia Grande de Jorge Bell fueron expropiadas para concretar la traza del ejido urbano de la nueva capital. Dos años más tarde, el 21 de abril de 1884, Ramón Bentoso compró al fisco de la Provincia 33 hectáreas en la sección "D" de chacras. En 1883 se había decidido la creación de un ramal entre las Lomas de Tolosa y Ferrari; tres años después, se libró al servicio público una estación ubicada en el punto exacto de bifurcación de rieles -a Buenos Aires y a Ferrari, hoy Brandsen-. Se la llamó Ringuelet en honor a Augusto, destacado ingeniero ferroviario de origen francés que participó en el tendido de numerosos ramales, fue gerente del Ferrocarril del Oeste y miembro fundador de la Sociedad Científica Argentina. Ignacio Correas La historia del nombre de esta localidad del sudeste platense también está ligada al desarrollo del ferrocarril. En este caso, al que unía La Plata con Las Pipinas, inaugurado en 1913 y cancelado en 1978, dejando en agonía a pueblos como Arana, Correas, Vieytes, Alvarez Jonte, Las Tahonas, Bavio-. Según explica el historiador platense Roberto Abrodos, "en el caso de Correas se quiso recordar al que supo ser `primer intendente' de Ensenada, Ignacio T. Correas". Este funcionario nació en Buenos Aires en 1825, hijo de Ignacio Correas y Sotomayor y Juana Videla. En 1853, ya instalado en Ensenada, fue designado como "escrutador" en las elecciones; luego fue presidente de la Comisión de Solares del partido, y Juez de Paz. Presidió en 1854 la primera Municipalidad de Ensenada, y asistió en ese carácter a la jura de la constitución bonaerense ese mismo año. Luego fue diputado provincial, y gestionó la reparación del entonces abandonado "Camino Blanco" y el antiguo cementerio. La parada ferroviaria creada en la zona en donde supo poseer tierras lleva su nombre. Gobernador Arana También parte del tendido ferroviario entre La Plata y Las Pipinas. Rinde homenaje a Eduardo Arana, senador provincial y gobernador interino de la Provincia entre el 15 de marzo y el 1 de julio de 1913. Tolosa Martín J. Iraola era hijo de Gerónimo Iraola casado con una Pereyra. Al fallecer su padre sus bienes pasaron a su poder, en condominio con su hermana, casada con su primo Don Leonardo Pereyra. Diversos motivos lo llevaron, no por casualidad, con acierto a lotear una fracción de tierras en las “Lomas de Ensenada” que en el transcurso de un breve tiempo se formó un pequeño pueblo al que llamó Tolosa, en recuerdo al lugar donde había nacido su padre en España. Algunas causas, llevaron al vasco Iraola a fundar un pueblo en 1871. En primer lugar, la gran epidemia de fiebre amarilla que martirizó a Buenos Aires en los primeros seis meses de 1871, donde una tercera parte de la población inició un éxodo, trasladándose a los pueblos vecinos de Belgrano, Morón Flores, San Isidro y otros lugares que distaran del centro del contagio. Una cosa era segura todos huían escapando de la muerte. Esta triste realidad trajo como consecuencia que se cerraran por Ley los saladeros y graserías ubicados sobre el Riachuelo por considerarse que constituían un foco de contaminación por los desagües hacia esa vía de agua. Antonio Cambaceres y Juan Berisso instalaron por esta causa sus saladeros en Ensenada y en lo que después sería la ciudad de Berisso. No es extraño pensar que esta circunstancia haya incidido de alguna manera en el ánimo de Iraola a tomar la decisión de fraccionar una parte de sus tierras para fundar en ellas un pueblo, solicitando permiso a las autoridades. También y casi con seguridad otro motivo podría ser el hecho de la visita efectuada el 25 de marzo de 1870 a la Ensenada del presidente Domingo F. Sarmiento invitado por el ingeniero norteamericano Guillermo Wheelwrigt que impulsaba el ferrocarril al puerto de Ensenada, cosa que finalmente consiguió el 31 de diciembre de 1872 en las márgenes del Río Santiago en la estación que se encontraba junto al actual club de Regatas La Plata. Todo este panorama daba claras promesas de un mayor movimiento de obreros y la conveniencia de dar refugio a conductores de carretas, pasajeros o hacienda en tránsito. Pedido de autorización: El 10 de octubre de 1871 se presento al Superior Gobierno de las Provincias, iniciando así un expediente que fue caratulado así "Expediente promovido por Martín J. Iraola, en 1871, a fin de que se autorice la fundación de un pueblo en las "Lomas de Ensenada", conforme al plano y que el nuevo pueblo se llame Tolosa". Tolosa fue fundada el 7 de julio de 1871, esta fecha fue por muchos años considerada la fecha de fundación cosa que más tarde, en base a investigaciones y tramites se llego a la conclusión de que no era, cosa que más adelante veremos.
Catedral de La Plata
República de los Niños
Zoológico de La Plata
Paseo del bosque
Centro Cultural Islas Malvinas
Casa Curutchet
En la actualidad
Desde el año 1989 el consejo Superior del Colegio de Arquitectos de la Pcia.de Bs. As. (CAPBA), posee su sede en lo que es el único proyecto de Le Corbusier construído en Latinoamérica: La Casa Curutchet. Dada la imprtancia que posee como patrimonio arquitectónico, sus actuales propietarias, las hi jas del Dr. Pedro Curutchet, han confiado su custodia, a los arquitectos de la Prov. de Bs.As quienes además organizan visitas guiadas a la casa.
Por qué se llama como se llama cada zona de nuestra ciudad
ARTURO SEGUI
En febrero de 1888, el Banco Mercantil de La Plata se hallaba gestionando el trazado de Villa Elisa, cerca del paraje conocido como "empalme Pereyra". Al mismo tiempo, la sociedad Terrile y Morales encomendó al agrimensor Luis Monteverde fraccionar parte de las tierras que había adquirido en la zona; el nombre elegido para la iniciativa fue entonces "Villa Nueva Elisa". La crisis financiera de 1890 derrumbó el proyecto, y en 1904 el Banco Hipotecario de la Provincia -en nombre de sus deudores Terrile y Gauna-, vendió a Arturo Seguí y Francisco Bertoletti setenta y dos manzanas de terreno en "Villa Nueva Elisa". La llegada del ramal ferroviario entre La Plata y Avellaneda, en 1926, trajo consigo la apertura de la parada "Los Eucaliptus"; poco después, se cambió ese nombre por el del propietario de las tierras en las que se asentó la estación.
JOSE HERNANDEZ
En octubre de 1886, Teodoro Serantes compró al fisco bonaerense trece hectáreas en la chacra Nº2 de la Sección "D" del ejido de La Plata -que antes de ser expropiadas para la fundación de la nueva capital habían pertenecido a Jorge Bell-. De la subdivisión de esas tierras nació la Villa Serantes, por donde pasó el ramal ferroviario que conectaba las Lomas de Tolosa -luego Ringuelet- y Ferrari -hoy Brandsen, por donde pasaba el Ferrocarril del Sud hacia Mar del Plata-. En julio de 1888, el crecimiento de Villa Serantes se "ganó" una estación sobre ese ramal; fue bautizada José Hernández en homenaje al autor del Martín Fierro, muerto en octubre de 1886. Con el tiempo, el nombre de la estación absorbió el originario.
MANUEL B. GONNET
Una compleja trama de compras y ventas de lotes en las chacras 22 y 23 del trazado fundacional platense, de la que participaron Luis Poncet, José Joaquín Ibarbia, Julio Guillerat, Juan Bautista Vattuene, Nicodemo Baralto, Ramón Paz y Manuel García Durán, precede al nacimiento de Gonnet. En febrero de 1889, ante la inminente creación de la estación Adolfo Alsina en el flamante ramal entre La Plata y empalme Pereyra -hoy Villa Elisa-, los propietarios de terrenos se asociaron para promover la creación de un pueblo. Y anunciaron el nacimiento de la Villa Máximo Paz. Fue recién en 1931 que la estación Alsina pasó a llamarse Manuel Bernardo Gonnet, como homenaje al jurista fallecido en 1927, quien había sido legislador y ministro de Obras Públicas de la Provincia -el primero desde la fundación platense- de los gobernadores Carlos D'Amico y Máximo Paz. El tiempo, una vez más, hizo prevalecer el nombre de la estación.
JOAQUIN GORINA
Percival Bell, nieto y heredero de Jorge Bell, resolvió a mediados de la década del '10 subdividir los terrenos remanentes de la antigua Estancia Grande de su familia; en 1914 se loteó lo que en la actualidad es City Bell, y dos años después Joaquín Gorina compró buena parte de los lotes disponibles el oeste del incipiente casco urbano platense, cerca del "arroyo de Rodríguez". En 1923 se resolvió la construcción de un ramal del ferrocarril Provincial enlazando las estaciones La Plata -17 y 71- y Avellaneda; su trazado afectó tierras de la zona, y Joaquín Gorina fue el primero en ceder las suyas para el avance de la empresa. Por eso se dio su nombre a la estación, inaugurada en el mismo 1923.
VILLA CASTELLS
Su nacimiento está ligado al de la Villa Máximo Paz y su estación Adolfo Alsina -luego Gonnet-. Cuando los primeros pobladores, dueños de casas de fin de semana, conformaron un núcleo en crecimiento, Luis Castells -propietario de tierras que habían pertenecido a la Estancia Grande de Jorge Bell- concibió la idea de formar un nuevo poblado "del otro lado" de la parada ferroviaria; esto es, a la derecha del camino Parque Centenario, yendo desde La Plata hacia Buenos Aires. En 1909, Castells encargó la subdivisión de parte de sus tierras al agrimensor Félix Lenzi, quien fraccionó 169 manzanas en cuatro lotes de 50 metros por 50 cada uno. Según los más recientes estudios del departamento de Investigación Histórica y Cartográfica de la direccíon de Geodesia del ministerio de Obras y Servicios Públicos de la Provincia, este loteo sería el que dio origen a la localidad.
LISANDRO OLMOS
La localidad se gestó en torno a una de las estaciones del ramal ferroviario entre La Plata y Mira Pampa, en tierras de Los Miradores, la "estanzuela" del coronel Lisandro Olmos. Estos terrenos habían pertenecido a la estancia de Ponce de León, a quien le fueron expropiados cuando se proyectó la fundacion de La Plata. Lisandro Olmos, un militar y político catamarqueño nacido en 1840, combatiente en Cepeda y Pavón por la Confederación, fundador del partido de la Unión Nacional y amigo de Dardo Rocha -fue inspector de las adjudicaciones de tierras de La Plata-, adquirió entonces -en parte al fisco y en parte a particulares- 327 hectáreas al sudoeste del casco urbano, bautizándolas Los Miradores. En septiembre de 1911, se resolvió designar a la estación del kilómetro 20 entre La Plata y el Meridiano V con el nombre de quien habia donado las tierras para su construcción.
MELCHOR ROMERO
También nacida en tierras fiscales, expropiadas para la fundación de La Plata -en la sección A del ejido-, la localidad de Melchor Romero tuvo un origen "espontáneo" dentro de las numerosas chacras que se habían establecido en el lugar, y subdivisiones que se dieron frente a la antigua granja de Anselmo González. Cuando se tendió el ramal ferroviario entre Las Lomas de Tolosa y Ferrari, se resolvió instalar una estación en el lugar -en donde además estaba proyectado el hospital general que se libró al servicio público en 1884, y desde 1973 se llama "Alejandro Korn"-. El 10 de mayo de 1883 se designó con el nombre de Melchor Romero y Gómez a las estaciones a construirse. José Melchor Romero fue un agrimensor, político y escritor nacido en 1830, amigo y compañero de armas de Dardo Rocha en la guerra del Paraguay (1865). Fue diputado en la legislatura bonaerense, y se disponía a asumir como diputado nacional cuando murió víctima de la epidemia de cólera de 1868.
ANGEL ETCHEVERRY
El ingeniero Angel Etcheverry fue ministro de Obras Públicas bonaerense durante dos períodos: la primera gobernación de Marcelino Ugarte (1902-1906); y la gobernación de Ignacio de Irigoyen (1906-1910). Tuvo entonces una activa participación en el trazado de la línea troncal del ferrocarril La Plata-Meridiano V. Cuando en abril de 1910 se resolvió instalar una estación 15 kilómetros al sudoeste de La Plata, en las inmediaciones del paraje Esquina Negra -donde funcionaba desde 1886 una posta y feria de hacienda- se honró al funcionario y legislador con su nombre.
AVENIDA CANTILO
El último día de enero de 1925 tuvo lugar la inauguración oficial de City Bell, el pueblo impulsado por la sociedad anónima del mismo nombre, cuyo directorio presidía -tras la muerte de José Guerrico- Adolfo Labougle. A la estación de la localidad llegaron en trenes especiales numerosos funcionarios municipales y provinciales, entre ellos el gobernador José Luis Cantilo. En ese momento la calle principal de la incipiente urbanización era conocida como 14; la iniciativa popular quiso entonces bautizarla como el visitante, quien auguró que "City Bell será la villa más importante y de mayor belleza de las ubicadas en las inmediaciones de la capital bonaerense", y gestionó la pavimentación del acceso. Amigo personal de Hipólito Yrigoyen, Cantilo participó en las revoluciones radicales de 1893 y 1905. Durante su extensa vida pública, fue diputado provincial; interventor de la Provincia (1917-18); intendente de la capital federal (1919-21 y 1928-30); gobernador electo (1922-1926); diplomático y diputado nacional. Creó colonias penales con el objetivo de mejorar la condición de los reclusos; dispuso la enseñanza profesional e industrial en las escuelas primarias; creó escuelas rurales para mujeres; impulsó el Departamento Nacional del Trabajo; creó museos, hospitales, colegios e instituciones como el Jockey Club, el Aero Club Argentino y el Club Argentino de Comercio.
VILLA ELISA
Luis Castells, multimillonario hacendado de origen español, banquero y promotor de numerosos emprendimientos inmobiliarios, estaba casado con Elisa Uriburu, la hija del salteño Francisco Uriburu Patrón, poderoso político conservador, ministro y senador nacional. En 1888, colocó la piedra fundacional de un pueblo en las inmediaciones del empalme Pereyra, al donar la primera institución -inusualmente para la época, una escuela gratuita y mixta-; en honor a su esposa, bautizó al emprendimiento Villa Elisa. Castells, que también construyó el palacio ensenadense que se conoce con el nombre de Piria -ya que era propietario de tierras que se extendían desde el empalme Pereyra hasta el Río de La Plata- se suicidó en febrero de 1897, deprimido por el fallecimiento prematuro de su hija Elisa, y por los numerosos problemas económicos que soportó después de la gran crisis de 1890.
CITY BELL
"Como homenaje a la familia Bell, cuyo trabajo e inteligencia han contribuido en tres generaciones sucesivas a la prosperidad de las industrias madres de nuestro país, propongo se designe al nuevo pueblo con el nombre de City Bell". Así justificó José Guerrico, presidente de la Sociedad Anónima City Bell, el bautismo de la villa que la entidad comercial proyectaba en 300 hectáreas de la antigua Estancia Grande adquiridas en 1913 a la sucesión de don Jorge Bell. El Ejecutivo provincial, por resolución del 10 de mayo de 1914, aprobó el emprendimiento. Ese mismo año, se habilitó la estación ferroviarias. El apellido Bell llegó a la Argentina desde Aberdeen, Escocia, a inicios del siglo XIX; segun relatara Lorna Bell, nieta de Jorge, "mi bisabuelo fue el primero de la familia en radicarse; estableció una fundición de hierro en donde se fabricaban máquinas agrícolas y herramientas de trabajo -arados, rastras, palas, rastrillos-; como le vendió al gobierno, y no le pagaban, fue que alrededor de 1820 le ofrecieron cancelar la deuda con tierras. Una de las estancias que le dieron fue la estancia de los jesuitas. Esa fue la Estancia Grande de mi abuelo".
VILLA ELVIRA
Las tierras que hoy ocupa Villa Elvira formaban parte de lo que Juan de Garay bautizó como "Isla de los Guaraníes". Cuando se fundó La Plata, las expectativas de un rápido crecimiento económico de la región sedujeron a numerosos empresarios, dispuestos a entrar en el juego de la especulación financiera e inmobiliaria. Entre ellos, Juan Elías Chilotegui, un médico entrerriano, hijo de franceses, que en 1888 compró ocho hectáreas en los alrededores de La Plata -Hernández-. Chilotegui estaba casado desde 1885 con Elvira Sotés, hija de españoles y residente en Chascomús; a la muerte de Chilotegui, en 1905, Elvira Sotés y su hija Adelia Chilotegui de Hardoy se convirtieron en herederas, y el destino quiso siguieran ligadas a la compra y venta de tierras; Sotés contrajo matrimonio en 1908 con Samuel Ponsati, y juntos iniciaron la adquisición de lotes ofrecidos por el Banco de la Nación Argentina sobre terrenos de 72 a 80 y de 7 a 122. Como homenaje a su flamante esposa, Ponsati bautizó Villa Elvira a la quinta que erigieron en las actuales 120 y 76, en derredor de la que nació el pueblo.
VILLA GARIBALDI
Entre mediados de los siglos XVII y XIX, las tierras que hoy se conocen como Villa Garibaldi y Parque Sicardi pertenecieron a varios estancieros -entre los que se cree estuvo Juan Manuel de Rosas-. Para cuando se fundó La Plata, los propietarios eran Eugenio Sicardi y Juan González Morén. A ellos se unió Emilio Morales Gauna, promotor, martillero, empresario e industrial, que impulsó el diseño de un ejido urbano con miras al gran remate de las tierras. Este tuvo lugar el 15 de abril de 1888, y acudieron a la cita más de 3 mil personas, en su mayoría de origen italiano, de la región de Liguria. Se vendieron más de 40 manzanas de tierras, en un clima eufórico y festivo; pero la crisis económica de 1890 hizo que la mayoría de los inversores abandonaran sus propiedades y dejaran de pagarlas. Emilio Morales Gauna fue quien bautizó al proyecto como Villa Garibaldi, en honor al aventurero y patriota republicano Giuseppe Garibaldi (1807-1882), revolucionario en Sudamérica y artífice de la unidad italiana.
RINGUELET
Tal como ocurrió en el caso de Hernández, al fundarse la ciudad de La Plata, parte de las tierras de la Estancia Grande de Jorge Bell fueron expropiadas para concretar la traza del ejido urbano de la nueva capital. Dos años más tarde, el 21 de abril de 1884, Ramón Bentoso compró al fisco de la Provincia 33 hectáreas en la sección "D" de chacras. En 1883 se había decidido la creación de un ramal entre las Lomas de Tolosa y Ferrari; tres años después, se libró al servicio público una estación ubicada en el punto exacto de bifurcación de rieles -a Buenos Aires y a Ferrari, hoy Brandsen-. Se la llamó Ringuelet en honor a Augusto, destacado ingeniero ferroviario de origen francés que participó en el tendido de numerosos ramales, fue gerente del Ferrocarril del Oeste y miembro fundador de la Sociedad Científica Argentina.
IGNACIO CORREAS
La historia del nombre de esta localidad del sudeste platense también está ligada al desarrollo del ferrocarril. En este caso, al que unía La Plata con Las Pipinas, inaugurado en 1913 y cancelado en 1978, dejando en agonía a pueblos como Arana, Correas, Vieytes, Alvarez Jonte, Las Tahonas, Bavio-. Según explica el historiador platense Roberto Abrodos, "en el caso de Correas se quiso recordar al que supo ser `primer intendente' de Ensenada, Ignacio T. Correas". Este funcionario nació en Buenos Aires en 1825, hijo de Ignacio Correas y Sotomayor y Juana Videla. En 1853, ya instalado en Ensenada, fue designado como "escrutador" en las elecciones; luego fue presidente de la Comisión de Solares del partido, y Juez de Paz. Presidió en 1854 la primera Municipalidad de Ensenada, y asistió en ese carácter a la jura de la constitución bonaerense ese mismo año. Luego fue diputado provincial, y gestionó la reparación del entonces abandonado "Camino Blanco" y el antiguo cementerio. La parada ferroviaria creada en la zona en donde supo poseer tierras lleva su nombre.
GOBERNADOR ARANA
También parte del tendido ferroviario entre La Plata y Las Pipinas. Rinde homenaje a Eduardo Arana, senador provincial y gobernador interino de la Provincia entre el 15 de marzo y el 1 de julio de 1913.
Por qué se llama como se llama cada zona de nuestra ciudad
ARTURO SEGUI
En febrero de 1888, el Banco Mercantil de La Plata se hallaba gestionando el trazado de Villa Elisa, cerca del paraje conocido como "empalme Pereyra". Al mismo tiempo, la sociedad Terrile y Morales encomendó al agrimensor Luis Monteverde fraccionar parte de las tierras que había adquirido en la zona; el nombre elegido para la iniciativa fue entonces "Villa Nueva Elisa". La crisis financiera de 1890 derrumbó el proyecto, y en 1904 el Banco Hipotecario de la Provincia -en nombre de sus deudores Terrile y Gauna-, vendió a Arturo Seguí y Francisco Bertoletti setenta y dos manzanas de terreno en "Villa Nueva Elisa". La llegada del ramal ferroviario entre La Plata y Avellaneda, en 1926, trajo consigo la apertura de la parada "Los Eucaliptus"; poco después, se cambió ese nombre por el del propietario de las tierras en las que se asentó la estación.
JOSE HERNANDEZ
En octubre de 1886, Teodoro Serantes compró al fisco bonaerense trece hectáreas en la chacra Nº2 de la Sección "D" del ejido de La Plata -que antes de ser expropiadas para la fundación de la nueva capital habían pertenecido a Jorge Bell-. De la subdivisión de esas tierras nació la Villa Serantes, por donde pasó el ramal ferroviario que conectaba las Lomas de Tolosa -luego Ringuelet- y Ferrari -hoy Brandsen, por donde pasaba el Ferrocarril del Sud hacia Mar del Plata-. En julio de 1888, el crecimiento de Villa Serantes se "ganó" una estación sobre ese ramal; fue bautizada José Hernández en homenaje al autor del Martín Fierro, muerto en octubre de 1886. Con el tiempo, el nombre de la estación absorbió el originario.
MANUEL B. GONNET
Una compleja trama de compras y ventas de lotes en las chacras 22 y 23 del trazado fundacional platense, de la que participaron Luis Poncet, José Joaquín Ibarbia, Julio Guillerat, Juan Bautista Vattuene, Nicodemo Baralto, Ramón Paz y Manuel García Durán, precede al nacimiento de Gonnet. En febrero de 1889, ante la inminente creación de la estación Adolfo Alsina en el flamante ramal entre La Plata y empalme Pereyra -hoy Villa Elisa-, los propietarios de terrenos se asociaron para promover la creación de un pueblo. Y anunciaron el nacimiento de la Villa Máximo Paz. Fue recién en 1931 que la estación Alsina pasó a llamarse Manuel Bernardo Gonnet, como homenaje al jurista fallecido en 1927, quien había sido legislador y ministro de Obras Públicas de la Provincia -el primero desde la fundación platense- de los gobernadores Carlos D'Amico y Máximo Paz. El tiempo, una vez más, hizo prevalecer el nombre de la estación.
JOAQUIN GORINA
Percival Bell, nieto y heredero de Jorge Bell, resolvió a mediados de la década del '10 subdividir los terrenos remanentes de la antigua Estancia Grande de su familia; en 1914 se loteó lo que en la actualidad es City Bell, y dos años después Joaquín Gorina compró buena parte de los lotes disponibles el oeste del incipiente casco urbano platense, cerca del "arroyo de Rodríguez". En 1923 se resolvió la construcción de un ramal del ferrocarril Provincial enlazando las estaciones La Plata -17 y 71- y Avellaneda; su trazado afectó tierras de la zona, y Joaquín Gorina fue el primero en ceder las suyas para el avance de la empresa. Por eso se dio su nombre a la estación, inaugurada en el mismo 1923.
VILLA CASTELLS
Su nacimiento está ligado al de la Villa Máximo Paz y su estación Adolfo Alsina -luego Gonnet-. Cuando los primeros pobladores, dueños de casas de fin de semana, conformaron un núcleo en crecimiento, Luis Castells -propietario de tierras que habían pertenecido a la Estancia Grande de Jorge Bell- concibió la idea de formar un nuevo poblado "del otro lado" de la parada ferroviaria; esto es, a la derecha del camino Parque Centenario, yendo desde La Plata hacia Buenos Aires. En 1909, Castells encargó la subdivisión de parte de sus tierras al agrimensor Félix Lenzi, quien fraccionó 169 manzanas en cuatro lotes de 50 metros por 50 cada uno. Según los más recientes estudios del departamento de Investigación Histórica y Cartográfica de la direccíon de Geodesia del ministerio de Obras y Servicios Públicos de la Provincia, este loteo sería el que dio origen a la localidad.
LISANDRO OLMOS
La localidad se gestó en torno a una de las estaciones del ramal ferroviario entre La Plata y Mira Pampa, en tierras de Los Miradores, la "estanzuela" del coronel Lisandro Olmos. Estos terrenos habían pertenecido a la estancia de Ponce de León, a quien le fueron expropiados cuando se proyectó la fundacion de La Plata. Lisandro Olmos, un militar y político catamarqueño nacido en 1840, combatiente en Cepeda y Pavón por la Confederación, fundador del partido de la Unión Nacional y amigo de Dardo Rocha -fue inspector de las adjudicaciones de tierras de La Plata-, adquirió entonces -en parte al fisco y en parte a particulares- 327 hectáreas al sudoeste del casco urbano, bautizándolas Los Miradores. En septiembre de 1911, se resolvió designar a la estación del kilómetro 20 entre La Plata y el Meridiano V con el nombre de quien habia donado las tierras para su construcción.
MELCHOR ROMERO
También nacida en tierras fiscales, expropiadas para la fundación de La Plata -en la sección A del ejido-, la localidad de Melchor Romero tuvo un origen "espontáneo" dentro de las numerosas chacras que se habían establecido en el lugar, y subdivisiones que se dieron frente a la antigua granja de Anselmo González. Cuando se tendió el ramal ferroviario entre Las Lomas de Tolosa y Ferrari, se resolvió instalar una estación en el lugar -en donde además estaba proyectado el hospital general que se libró al servicio público en 1884, y desde 1973 se llama "Alejandro Korn"-. El 10 de mayo de 1883 se designó con el nombre de Melchor Romero y Gómez a las estaciones a construirse. José Melchor Romero fue un agrimensor, político y escritor nacido en 1830, amigo y compañero de armas de Dardo Rocha en la guerra del Paraguay (1865). Fue diputado en la legislatura bonaerense, y se disponía a asumir como diputado nacional cuando murió víctima de la epidemia de cólera de 1868.
ANGEL ETCHEVERRY
El ingeniero Angel Etcheverry fue ministro de Obras Públicas bonaerense durante dos períodos: la primera gobernación de Marcelino Ugarte (1902-1906); y la gobernación de Ignacio de Irigoyen (1906-1910). Tuvo entonces una activa participación en el trazado de la línea troncal del ferrocarril La Plata-Meridiano V. Cuando en abril de 1910 se resolvió instalar una estación 15 kilómetros al sudoeste de La Plata, en las inmediaciones del paraje Esquina Negra -donde funcionaba desde 1886 una posta y feria de hacienda- se honró al funcionario y legislador con su nombre.
AVENIDA CANTILO
El último día de enero de 1925 tuvo lugar la inauguración oficial de City Bell, el pueblo impulsado por la sociedad anónima del mismo nombre, cuyo directorio presidía -tras la muerte de José Guerrico- Adolfo Labougle. A la estación de la localidad llegaron en trenes especiales numerosos funcionarios municipales y provinciales, entre ellos el gobernador José Luis Cantilo. En ese momento la calle principal de la incipiente urbanización era conocida como 14; la iniciativa popular quiso entonces bautizarla como el visitante, quien auguró que "City Bell será la villa más importante y de mayor belleza de las ubicadas en las inmediaciones de la capital bonaerense", y gestionó la pavimentación del acceso. Amigo personal de Hipólito Yrigoyen, Cantilo participó en las revoluciones radicales de 1893 y 1905. Durante su extensa vida pública, fue diputado provincial; interventor de la Provincia (1917-18); intendente de la capital federal (1919-21 y 1928-30); gobernador electo (1922-1926); diplomático y diputado nacional. Creó colonias penales con el objetivo de mejorar la condición de los reclusos; dispuso la enseñanza profesional e industrial en las escuelas primarias; creó escuelas rurales para mujeres; impulsó el Departamento Nacional del Trabajo; creó museos, hospitales, colegios e instituciones como el Jockey Club, el Aero Club Argentino y el Club Argentino de Comercio.
VILLA ELISA
Luis Castells, multimillonario hacendado de origen español, banquero y promotor de numerosos emprendimientos inmobiliarios, estaba casado con Elisa Uriburu, la hija del salteño Francisco Uriburu Patrón, poderoso político conservador, ministro y senador nacional. En 1888, colocó la piedra fundacional de un pueblo en las inmediaciones del empalme Pereyra, al donar la primera institución -inusualmente para la época, una escuela gratuita y mixta-; en honor a su esposa, bautizó al emprendimiento Villa Elisa. Castells, que también construyó el palacio ensenadense que se conoce con el nombre de Piria -ya que era propietario de tierras que se extendían desde el empalme Pereyra hasta el Río de La Plata- se suicidó en febrero de 1897, deprimido por el fallecimiento prematuro de su hija Elisa, y por los numerosos problemas económicos que soportó después de la gran crisis de 1890.
CITY BELL
"Como homenaje a la familia Bell, cuyo trabajo e inteligencia han contribuido en tres generaciones sucesivas a la prosperidad de las industrias madres de nuestro país, propongo se designe al nuevo pueblo con el nombre de City Bell". Así justificó José Guerrico, presidente de la Sociedad Anónima City Bell, el bautismo de la villa que la entidad comercial proyectaba en 300 hectáreas de la antigua Estancia Grande adquiridas en 1913 a la sucesión de don Jorge Bell. El Ejecutivo provincial, por resolución del 10 de mayo de 1914, aprobó el emprendimiento. Ese mismo año, se habilitó la estación ferroviarias. El apellido Bell llegó a la Argentina desde Aberdeen, Escocia, a inicios del siglo XIX; segun relatara Lorna Bell, nieta de Jorge, "mi bisabuelo fue el primero de la familia en radicarse; estableció una fundición de hierro en donde se fabricaban máquinas agrícolas y herramientas de trabajo -arados, rastras, palas, rastrillos-; como le vendió al gobierno, y no le pagaban, fue que alrededor de 1820 le ofrecieron cancelar la deuda con tierras. Una de las estancias que le dieron fue la estancia de los jesuitas. Esa fue la Estancia Grande de mi abuelo".
VILLA ELVIRA
Las tierras que hoy ocupa Villa Elvira formaban parte de lo que Juan de Garay bautizó como "Isla de los Guaraníes". Cuando se fundó La Plata, las expectativas de un rápido crecimiento económico de la región sedujeron a numerosos empresarios, dispuestos a entrar en el juego de la especulación financiera e inmobiliaria. Entre ellos, Juan Elías Chilotegui, un médico entrerriano, hijo de franceses, que en 1888 compró ocho hectáreas en los alrededores de La Plata -Hernández-. Chilotegui estaba casado desde 1885 con Elvira Sotés, hija de españoles y residente en Chascomús; a la muerte de Chilotegui, en 1905, Elvira Sotés y su hija Adelia Chilotegui de Hardoy se convirtieron en herederas, y el destino quiso siguieran ligadas a la compra y venta de tierras; Sotés contrajo matrimonio en 1908 con Samuel Ponsati, y juntos iniciaron la adquisición de lotes ofrecidos por el Banco de la Nación Argentina sobre terrenos de 72 a 80 y de 7 a 122. Como homenaje a su flamante esposa, Ponsati bautizó Villa Elvira a la quinta que erigieron en las actuales 120 y 76, en derredor de la que nació el pueblo.
VILLA GARIBALDI
Entre mediados de los siglos XVII y XIX, las tierras que hoy se conocen como Villa Garibaldi y Parque Sicardi pertenecieron a varios estancieros -entre los que se cree estuvo Juan Manuel de Rosas-. Para cuando se fundó La Plata, los propietarios eran Eugenio Sicardi y Juan González Morén. A ellos se unió Emilio Morales Gauna, promotor, martillero, empresario e industrial, que impulsó el diseño de un ejido urbano con miras al gran remate de las tierras. Este tuvo lugar el 15 de abril de 1888, y acudieron a la cita más de 3 mil personas, en su mayoría de origen italiano, de la región de Liguria. Se vendieron más de 40 manzanas de tierras, en un clima eufórico y festivo; pero la crisis económica de 1890 hizo que la mayoría de los inversores abandonaran sus propiedades y dejaran de pagarlas. Emilio Morales Gauna fue quien bautizó al proyecto como Villa Garibaldi, en honor al aventurero y patriota republicano Giuseppe Garibaldi (1807-1882), revolucionario en Sudamérica y artífice de la unidad italiana.
RINGUELET
Tal como ocurrió en el caso de Hernández, al fundarse la ciudad de La Plata, parte de las tierras de la Estancia Grande de Jorge Bell fueron expropiadas para concretar la traza del ejido urbano de la nueva capital. Dos años más tarde, el 21 de abril de 1884, Ramón Bentoso compró al fisco de la Provincia 33 hectáreas en la sección "D" de chacras. En 1883 se había decidido la creación de un ramal entre las Lomas de Tolosa y Ferrari; tres años después, se libró al servicio público una estación ubicada en el punto exacto de bifurcación de rieles -a Buenos Aires y a Ferrari, hoy Brandsen-. Se la llamó Ringuelet en honor a Augusto, destacado ingeniero ferroviario de origen francés que participó en el tendido de numerosos ramales, fue gerente del Ferrocarril del Oeste y miembro fundador de la Sociedad Científica Argentina.
IGNACIO CORREAS
La historia del nombre de esta localidad del sudeste platense también está ligada al desarrollo del ferrocarril. En este caso, al que unía La Plata con Las Pipinas, inaugurado en 1913 y cancelado en 1978, dejando en agonía a pueblos como Arana, Correas, Vieytes, Alvarez Jonte, Las Tahonas, Bavio-. Según explica el historiador platense Roberto Abrodos, "en el caso de Correas se quiso recordar al que supo ser `primer intendente' de Ensenada, Ignacio T. Correas". Este funcionario nació en Buenos Aires en 1825, hijo de Ignacio Correas y Sotomayor y Juana Videla. En 1853, ya instalado en Ensenada, fue designado como "escrutador" en las elecciones; luego fue presidente de la Comisión de Solares del partido, y Juez de Paz. Presidió en 1854 la primera Municipalidad de Ensenada, y asistió en ese carácter a la jura de la constitución bonaerense ese mismo año. Luego fue diputado provincial, y gestionó la reparación del entonces abandonado "Camino Blanco" y el antiguo cementerio. La parada ferroviaria creada en la zona en donde supo poseer tierras lleva su nombre.
GOBERNADOR ARANA
También parte del tendido ferroviario entre La Plata y Las Pipinas. Rinde homenaje a Eduardo Arana, senador provincial y gobernador interino de la Provincia entre el 15 de marzo y el 1 de julio de 1913.
Con nuevos barrios crece sin pausa la zona norte
La movida inmobiliaria apunta hacia la zona norte de la Ciudad. Cada vez hay menos inmuebles disponibles en el casco urbano.
En los últimos años, la Ciudad tuvo una expansión demográfica significativa. Tal es así, que los barrios de la periferia vienen experimentado un crecimiento poblacional muy importante debido a la saturación existente en el casco urbano, que no permite encontrar viviendas ni terrenos con facilidad. Las consultas realizadas por este diario a martilleros que trabajan en el Gran La Plata, indican que la zona más buscada por los platenses para vivir fuera del centro o lugares aledaños, sigue siendo el norte, fundamentalmente Gonnet y City Bell."En la zona norte prácticamente ya no quedan terrenos baldíos", señaló Juan Carlos Arano y agregó: "hay mucha demanda y eso hace que comiencen a extenderse los barrios, a aparecer nuevas zonas como opción". Este fenómeno se da especialmente en Gonnet y City Bell, que ya superaron largamente lo que era vivir entre los dos caminos -Belgrano y Centenario- y en la actualidad comienzan a pasar también las fronteras de las avenida 25 y la calle 28 ante la gran oferta y demanda existente.Los operados inmobiliarios coinciden en señalar que la apertura de la avenida 7 generó un crecimiento importante en barrios como Tolosa, Ringuelet y Villa Castells. En el primero de los casos, de 532 a 526 y de 4 a 13, el mercado está prácticamente agotado. Seducen las cercanías con el centro, el fácil acceso, el pavimento y los servicios.Ringuelet se expandió hacia el norte. La apertura brindada por el puente que ahora comunica a esta localidad con Gonnet -por avenida 7-, significó un auge importante para varias cuadras que parecían "muertas". Por este motivo, "hay mucha gente joven que arranca con una base más económica que buscan estas zonas nuevas para edificar sus viviendas, porque aún los valores que se manejan en cuanto a los terrenos no son tan altos como lo pueden ser por ejemplo en City Bell", indicó Otero Rossi.UN MERCADO AMPLIOEn todos los casos hubo coincidencias en afirmar que el mercado en la Ciudad es amplio, pero "depende de los gustos y el poder adquisitivo. La primera opción es el casco urbano y el centro, pero al no haber una gran oferta la segunda opción comienza a tener un rol preponderante. Estamos hablando de zona norte, que arranca a partir de Tolosa, pasa a Gonnet y City Bell, y se agregan las localidades de Hernández y Gorina, beneficiadas por la apertura de las avenidas 7, 25 y 131", afirmaron los entendidos en la materia.En este sentido, hay un dato concreto. En sectores del norte del Gran La Plata, principalmente entre los dos caminos, es muy difícil poder conseguir terrenos con muy buena ubicación. Por eso, en estos últimos años se comenzó a darle vida a nuevos barrios con el firme objetivo de ampliar la oferta, incluso, monetaria, debido a que en todos los casos los valores siempre se manejan dentro de la variable que indica el lugar donde se encuentra ubicado el terreno o la casa."La construcción se sigue moviendo, con reciclajes dentro del casco urbano y casas en las afueras, en especial en las localidades ya citadas. Pero a su vez, en la zona céntrica se puede apreciar que se levantaron muchos edificios de no más de dos dormitorios por departamento, a raíz de la rentabilidad que deja no sólo su venta sino también el alquiler por tratarse de ubicaciones cercanas a las facultades", señaló Santiago Mamberto.En ese aspecto, los departamentos a estrenar en el casco urbano son muy buscados por grupos familiares chicos o bien parejas jóvenes. Las casas de zona norte y también de algunos barrios del sur donde los servicios han generado cierta seducción, son el objetivo a alcanzar por familias numerosas, amantes de los espacios verdes.Los operadores inmobiliarios destacaron que para que el "boom" sea aún mayor, se deberán ampliar la zonas de créditos para la construcción. "Habrá que tener en cuenta a este sector de gente que pretende hacer su casa en lugares del Gran La Plata donde la ubicación no tiene un alto valor y así continuar con la cadena de desarrollar nuevos barrios, como ya esta sucediendo en algunos puntos de Gonnet y City Bell", indicaron.Todos los consultados dejaron en claro que esta ciudad a la hora de pretensiones y posibilidades económicas ofrece muchas variantes. Aunque también destacaron que hay lugares que se ven saturados, por eso, hay mucha insistencia en generar nuevos barrios. En el casco urbano no hay prácticamente terrenos y lo que más se busca son casas antiguas para refaccionarlas y, en muchos casos, los valores no varían en demasía con los que se manejan en algunos puntos de la zona norte.La construcción en el casco urbano tiene como eje principal los edificios, debido a su rentabilidad, tanto en valores de venta como de alquiler, a partir de la gran demanda existente en este último año como consecuencia del crecimiento en la matrícula universitaria. (El Día)
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